Hoy voy a hablar de una de mis
experiencias recientes que me han complacido mucho: la visita a la Romareda
para ver el partido Real Zaragoza vs Atlético de Madrid.
Se destaca ese gran sentimiento
por el equipo donde hay tres aspectos notables: amistad entre la afición,
defensa y ánimos al equipo y menosprecio a los rivales. En la amistad entre la
afición porque los de mi alrededor congeniábamos bien, cuando marcó el Zaragoza
todos botando abrazándonos y chocando la mano donde todo eso transmitía un buen
ambiente. En ánimos al equipo porque los ultras de arriba (estaba en el fondo
Norte, entre la portería y el banderín de córner, y fila 2) cantaban y nosotros
cantábamos lo mismo (yo me quedé un poco afónico de tanto gritar). En enemistad
al enemigo está muy clara, aunque vinieron muchos forofos del Atlético.
Durante el partido la Romareda
esta prácticamente llena, para nuestro equipo tuvimos dos o tres ocasiones y
los del Atlético pocas (sobre todo los dos palos suyos). En el ocaso del
partido el Zaragoza tuvo pocas ocasiones y cuando cantábamos encerrábamos ese pesimismo
del gol. Ocurrió algo increíble: a falta de un minuto del final el colegiado
pitó penalti a favor, aunque estaba en mi portería no lo vi y todos lo
recriminamos; cuando lo concedió todos saltamos de alegría. Cuando lo iba a
tirar Apoño, todos estábamos de pie y me tuve que estar de pie y subirme a la
silla; lo marcó y lo celebramos con euforia como el pitido final.
Es una gran sensación estar
allí, que para mí no estoy acostumbrado, la última vez fue cuando el Zaragoza
estaba en segunda, la última vez, jugaba contra el Tenerife y me tocó los
ultras del fondo Sur y era cansado porque había que estar de pie, cantar y
aplaudir al son de grupo.
El resultado final: Real Zaragoza 1 - Atlético de Madrid 0.
Fotos desde mi localidad: